El teletrabajo se ha convertido, para muchas personas, en una realidad dentro
de esta “nueva normalidad”. Básicamente, en esta transición digital abrupta
surgió una oportunidad de desarrollar el trabajo (fundamentalmente servicios)
con más comodidad y autonomía en casa y, al mismo tiempo, supone una ventaja
para que la empresa aumente su eficiencia e, incluso, reduzca costes de
estructura. Claro que no es aplicable a todas las personas, pero va a ser una
nueva realidad para muchos profesionales.
La ventaja de este modelo es su flexibilidad, aunque se recomienda
evaluar previamente y con seriedad las ventajas e inconvenientes de adoptar, o
no, el teletrabajo. Si las ventajas son más que las desventajas, puede ser una
opción, aunque obligue a la adaptación y mejora. ¿Tu equipo está preparado? ¿Sus casas o despachos tienen las condiciones para un buen desempeño? En
este artículo intentamos dar algunas respuestas, a modo de reflexión, a estas
preguntas.
El teletrabajo no sólo significa trabajar desde casa (existe el trabajar
desde casa y el trabajar en casa). Por ejemplo, hay varias realidades
profesionales en las que el teletrabajo tiene lugar en los atascos, cafeterías,
aeropuertos, parkings e incluso hoteles. También hay quien opte por trabajar en
una oficina compartida (coworking), en vez de montar su oficina en casa. Una de
las ventajas de los espacios compartidos es la oportunidad de hacer networking,
evitando el aislamiento del teletrabajo.
Una de las principales competencias y recursos es la autodisciplina, así
como las herramientas de comunicación online (plataformas) que ayudan en la
organización y eficacia del trabajo a desarrollar. Asimismo, es importante
tener un marco – espacio y mobiliario en casa -, una familia dispuesta a
colaborar, además de un despacho adecuado.
Las claves del teletrabajo en la vida profesional son la “libertad” y la
“autonomía”, sin olvidarnos de la actitud y la autodisciplina. La independencia
puede ser una vía para ofrecer nuestras mejores competencias en los desafíos a
los proyectos que nos surgen, con mayor concentración y menor interferencia
externa, ya sea de los tradicionales open space como del equipo. Eso sin
olvidarnos de que somos animales sociales y necesitamos estar juntos para el
team building.
A continuación, damos algunos consejos prácticos sobre cómo organizar tu espacio
de trabajo desde casa:
-
Soporte
para ordenador portátil: el
soporte es fundamental para una ergonomía y postura perfectas. Desde las
soluciones de plástico o composite pasando por la madera, todo puede servir
siempre y cuando contribuya para el bienestar y la salud del usuario y de su
experiencia de trabajo.
-
Silla: de nada sirve invertir en dispositivos,
periféricos y tecnologías de última generación si se compra una silla que no se
ajusta a tu bienestar. La silla tiene que ser cómoda y funcional, pues es uno
de los elementos que más contribuye a tu nivel de productividad, garantizando
el confort y la ergonomía necesarios para mantener la concentración y la
energía en harmonía con el trabajo.
-
Escritorio: al escoger el escritorio, que debe combinar con la
silla, piensa en la inversión a largo plazo en tu salud y calidad de vida. Si
tu presupuesto te lo permite, opta por mobiliario de madera, que tenga un buen
desempeño y, preferiblemente, cuyo ciclo de vida y fabricación sean
sostenibles.
-
Soporte
para bloc de notas: puede
ser de madera u otro material. El bloc de notas es simplemente una sugerencia
genérica para herramientas de anotaciones, pero puedes preferir una Tablet u
otro dispositivo tecnológico; si puede mantener registros diarios de tareas,
cosas pendientes y nuevas ideas, estarás en el buen camino para lograr un buen
desempeño.
El teletrabajo exige
todavía más organización y planificación que una oficina convencional para que
se cumplan todas las tareas dentro del plazo exigido. Hay menos supervisión y
control, luego va a exigir más de ti, más disciplina y compromiso.
Compromiso, disciplina,
concentración y consistencia son necesidades y obligaciones en el régimen de
teletrabajo.